86.400 Segundos para Respirar

86.400 Segundos para Respirar

El Camino del Corazón. Héctor Lajprem

La Respiración

Desde tiempos inmemoriales se ha conocido la importancia vital de la respiración. Esto que parece algo obvio, y conocido por todo el mundo, incluida la ciencia actual, no lo es tanto, cuando en nuestra infancia no nos enseñan a respirar.

En la escuela se aprende que el cuerpo humano vive gracias a dos componentes: el primero es la Alimentación. Los nutrientes que introducimos en el cuerpo son de gran importancia para la salud. Y el segundo, es la respiración, fruto y chispa de todos los procesos metabólicos celulares.

Historias, leyendas o realidad (poco importa), nos hablan de seres que han sido capaces de suspender toda alimentación y continuar nutriendo su cuerpo. Yoguis en la India, sistemas de alimentación a través de la luz del sol… historias o hechos (algunos investigados sin que se haya podido dar una explicación “racional”), nos abren la puerta a mirar la realidad del ser humano desde una perspectiva más amplia.

Nos nutrimos de "Todo"

Las emociones nos alimentan: pueden darnos vitalidad, o arrebatárnosla; nuestros pensamientos pueden brindarnos un cuerpo fuerte y en calma, o pueden ser una carga, llevarnos a la obsesión, a la debilidad o a la queja, dependiendo de hacia dónde se orienten. 

Las antiguas escrituras orientales nos hablan del Prana solar (energía de vida proveniente del Sol), Prana de la tierra, Prana de las plantas, Prana animal…

El ser humano nace, y vive, en un inmenso huerto donde puede crecer cómo las hojas que se estiran y se abren a la luz, con cada experiencia, con cada vivencia; llevando a sus células no sólo componentes químicos, ni reacciones biológicas para sustentarse en pie, sino un infinito estante que nunca se vacía, y del que puede tomar, siempre que aprenda a cómo hacerlo. 

Los casos de personas que cesaron en su alimentación física, existen y están documentados; existieron y existen, personas que saben cómo hacerlo.

Sin embargo...

Ningún ser humano puede vivir sin respirar. La respiración no es un acto automático cuyo único sentido es el transporte de oxígeno a las células. La respiración es nuestro hilo de unión con la vida; es la vida misma.

¿Si insuflas un cuerpo con oxígeno vivirá para siempre? Obviamente, no.

La respiración es mucho más que inhalar aire y expulsar desechos de anhídrido carbónico. El aire transporta la esencia de la vida, es el vehículo del Prana vital. La vida es Prana. Y la salud, y la existencia dependen del Prana. Con Prana puedes acometer todas las acciones que nacen en ti; sin Prana, encontrarás ausencia de salud, y deterioro.

¿Te relacionas habitualmente con tu respiración?

¿Cuántos momentos al día respiras de manera consciente? Respirar profundamente es vivir una vida con profundidad.

Respirar profundo en una situación de tensión puede proporcionarnos la altura suficiente como para contemplar posibilidades a esa situación que antes se nos escapaban. 

La energía mental es controlada por la respiración; las emociones pueden ser moduladas por la respiración. Respirar conscientemente, te vuelve consciente.

¿Qué te diría un cantante experto sobre la modulación de la voz?
Todo es respirar.
¿Por qué tus órganos más grandes del cuerpo son los pulmones?

Un Regalo al Nacer

La vida nos entrega un regalo al nacer: la respiración de vida. Nuestra unión con la vida es la respiración.

Solemos poner toda nuestra atención en los asuntos mundanos: conseguir cosas, trabajo, estatus, familia, dinero, conseguir cosas (sí, está repetido…), aguardar pacientemente a que llegue el fin de semana para tener un respiro (toda una ironía), en la pareja, en el éxito… 

En todo ese tiempo, ¿cuántas veces de tu día has prestado atención a aquello que te da vida? ¿Cuántas respiraciones profundas has hecho hoy?

Toma asiento, cierra tus ojos y respira conscientemente.

La vida es de instante a instante, de momento a momento, de respiración en respiración. 

Una antigua historia dice que el Alma, cuando encarna, recibe un número concreto de respiraciones. 

Cuando se alcanza ese número, cuando se cumple la cuota, el Alma se retira y deja el cuerpo. 

Vivir y morir es un asunto de respiraciones

Respirar conscientemente

Disponemos de 86.400 Segundos, cada día

Son 86.400 invitaciones para detenerse, voltear los ojos hacia el interior y despertar a la propia sabiduría. 

Respira larga, lenta y pausadamente… 

Hagas lo que hagas…, estés haciendo lo que estés haciendo… Respira.

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