La llave está en el Corazón
Somos aquello que pensamos
En tiempos pasados, el corazón fue reverenciado como el lugar donde reside la Vida, el centro sobre el que gira todo lo demás, el acomodo de nuestra esencia, de lo que somos cuando nos despojamos de las caretas externas.
Al respecto, se decía: “Somos aquello que pensamos en nuestro Corazón“.
El Corazón piensa
Cómo sabían estas antiguas culturas que en el corazón reside un sistema nervioso propio, con miles de neuronas que le confieren una capacidad que se creía sólo al alcance de la cabeza, es un misterio. Pero lo sabían.
Los antiguos conocían la importancia vital que el Corazón juega en nuestras vidas. Y es que, si hubiera que resumirla, la vida es, sobre todo, Corazón.
Aquellas perlas de sabiduría las podemos encontrar por todas partes…
En el antiguo testamento, (Proverbios 20:5):
"La guía en el corazón del hombre es como aguas profundas. Pero el hombre de entendimiento consigue sacarla."
En la mitología egipcia, cuando el recién fallecido debía pesar su corazón (su pureza de actos en la vida)
para saber si podría o no, continuar su viaje más allá de la vida.
O en cierta tribu norteamericana, donde se instruía a sus pobladores con una bella enseñanza:
"Pregunta desde el corazón y serás respondido por el Corazón".
El poder de la Humanidad
Hoy, el ser humano ha perdido gran parte del contacto y la relación que poseía con la naturaleza en el pasado.
Quizá por eso, nos hemos perdido en el intrincado laberinto de pensamientos, incesantes y ruidosos, de nuestra mente. La enseñanza no dice “Eres aquello que piensas en tu cabeza”. Si acaso, ése puede ser uno de los males que nos aquejan.
La realidad, más apasionante y profunda, ha de ser puesta ante los ojos del Corazón.
Aquí reside el verdadero poder de nuestra humanidad, el poder de transformar nuestra vida en una obra de arte, en aquello que late y palpita en el interior, el poder de iluminar y guiar los pasos de aquellos que se atreven a seguir la voz del corazón.
Mientras la cabeza dice:
"No puedo; soy incapaz; no valgo; me voy a equivocar; ése de allí lo hace mejor..."
El Corazón nos recuerda con sencillez y compasión:
"Eres único. Lo que salga de ti, no tendrá comparación posible."
Un minuto al día
Una sencilla práctica que trae inmensos beneficios a nuestra vida y al mundo, si la aplicamos aunque sólo sea un minuto al día es: “Pon atención. Observa tu Corazón”.
Lleva ahí lo mejor de tu Conciencia. Todos tus sentidos.
Un minuto sirve, dos minutos pueden hacer una gran diferencia. Simplemente, reconoce y habita tu corazón. Pues en él, reside la llave que da acceso al reino interior, a los inimaginables tesoros del Ser.
La llave está en el Corazón
¿Qué ocurre si giro la llave?, ¿qué pasa si entro en este lugar? Éste es el camino que transita la humanidad.
Los misterios del Corazón apenas empiezan a ser revelados (aunque algunos, hace miles de años, los conocían perfectamente), y es tarea de cada uno “ponerle a la vida cada vez más Corazón“.
¿Qué hay en tu corazón? ¿Qué dice su voz?
¿Qué ilumina su luz? ¿Hacia dónde apunta? ¿A dónde se dirige?
¿Qué te aguarda en sus profundidades? ¿Qué desea manifestar, expresar o crear en esta vida?
¿Qué propósitos anhela cumplir? ¿Qué mensajes aún no han sido leídos en su interior?
¿Qué mueve tu corazón? ¿Qué lo alimenta? ¿Qué necesita?
La liberación del Corazón despierto
Éste es el punto de partida para “La liberación del Corazón despierto“. Un viaje que nos lleva directos al Corazón y en el que experimentamos enseñanzas con miles de años de tradición; que nos pone en contacto con esa partícula de unicidad que somos.
“La vía del Corazón despierto“, trata, como su nombre indica, sobre el Corazón… Uno que, aunque lo ignoremos, ya está despierto…, susurrando…, llamando…, reclamando nuestra atención.
Un camino al Corazón
Todos podemos encontrar nuestro camino al corazón.
Todos podemos emplear el poder del corazón para transformar nuestra vida.
Todos podemos aprender a rendirnos al auténtico yo
(Y que sea la voz del corazón la que nos guíe a través de nuestra experiencia de vida).
Todos podemos reposar en la paz y el silencio del corazón
(Cuando todo va bien y cuando se desata la tormenta).
Todos podemos enfrentar las dificultades y retos que se presentan desde la confianza y la vitalidad del corazón.
Todos podemos mirarnos en el espejo del Corazón
(Y descubrir que no soy quien pensaba que era).
Todos podemos contactar con la presencia divina que aguarda pacientemente en el corazón
(A que la contactemos).
La Estrella Polar
Todo gira en torno al Corazón. Y, aunque en algún momento del camino perdimos su orientación, esta estrella polar que marca los cielos de nuestra existencia, siempre es visible, siempre está disponible.
¿Seguiremos su luz? O, por el contrario, ¿escucharemos el millón de pensamientos y deseos contradictorios de nuestra mente? Es elección de cada uno.
Pero recuerda… Si nos atrevemos a hacerle una pregunta al corazón… Los sabios de la antigüedad decían que éste no tardaría en responder.
- Héctor Lajprem
- noviembre 22, 2021
- 10:49 am