Héctor Lajprem
Mi Historia
¿Podría resumir mi vida
en un párrafo?
Difícil tarea, pero voy a intentarlo. Y si aún tienes curiosidad por saber más, y leer lo que tengo que decir sobre mí, en dos o en cinco párrafos… tienes una historia completa más abajo. Allá voy:
“Mis compañeros infatigables de viaje han sido la tristeza y un profundo sentimiento de vacío que me acompañó durante 30 años. Esto me llevó a una larga búsqueda de algo con lo que llenar ese vacío; una larga caminata por un oasis lleno de ilusiones y tormentas de arena…, y la vida empujándome a que continuara… Y la búsqueda que continuó y continuó… Y un vacío que siguió consumiéndome… Hasta que me dirigí al corazón por primera vez. Y descubrí que un muro me impedía entrar…, y comprendí la tristeza, el vacío y el sentido de mi búsqueda. Entonces dejé de buscar algo incorpóreo, una idea, una meta indefinida y busqué maneras de derribar aquel muro y entrar en mi corazón. Y cuando lo derribé…, y cuando entré: se acabó la tristeza y se acabó el vacío. Ésta es la historia de mi vida resumida en un párrafo.
No importa dónde estás, ni lo que te haya ocurrido en el pasado. Ahora tienes un nuevo punto partida
Todos tenemos limitaciones. Todos tenemos un pasado que nos sigue y que arrastramos con nosotros cada día de nuestras vidas. Y todos tenemos sueños; ya sea conseguir una meta “inalcanzable”, llevar a cabo un proyecto de especial significado, o crear un cambio en los hábitos del día a día, o construir una vida de abundancia, o tener más salud, o simplemente relacionarme con los demás sin tanto drama o conflicto.
Mi historia me dice que es posible. Cambiar es posible. Reinventarse y redescubrirse, está al alcance de cualquier persona.
Es posible ser auténticamente libre. Pese a las dificultades que hoy enfrentas, las huellas que te dejaron las heridas del pasado, los miedos, los impedimentos… Sea lo que sea lo que hayas vivido, lo que estés viviendo (o lo que vendrá mañana), es posible liberarse de todo ello: podemos respirar y caminar ligero, sin peso, ni cargas, ni tristeza ni rabia. Y afrontar cada instante, cada situación, auténticamente libre, dando lo mejor de uno, lo que nace de uno…, sin barreras ni temores, sin vacilación y con absoluta confianza.
Éste es mi camino de Vida, hoy: mostrar la Libertad del Corazón, la libertad que lo cambia todo.
I - Encontrar mi lugar
¿Si echaras la vista atrás y, de todos los momentos de tu vida, tuvieras que elegir sólo “3”, cuáles serían?
Para contar mi historia, voy a compartir esos 3 momentos de mi vida. Tres vivencias definitorias, tres instantes de inflexión…, en los que mi mundo se dio la vuelta.
El primero fue mi decisión de rendirme y acabar con todo.
Del profundo sentimiento de vacío y tristeza ya he hablado. A eso tendría que añadir la soledad y el sentirme “perdido”. Por muchos amigos que tuviera, actividades, viajes… lo cierto es que no encajaba en ningún sitio. Sentía que no había un lugar al que yo perteneciera.
Tenía hambre, mucha hambre, por llevarme un sentido a la boca, por encontrar un propósito al que agarrarme y me diera las fuerzas que necesitaba para continuar… Pero no lo encontraba, así que tomé la decisión de acabar con todo… Simplemente, me rendí.
Con mi decisión en el bolsillo, me senté en la hierba, en un jardín frente al palacio real, en la ciudad de Madrid… Y entonces fui emocionalmente sacudido por la belleza de la música que un violinista tocaba allí, en la calle…
¿Dónde está ese sentido ligado a la vida que cuando lo ves, lo escuchas, lo experimentas… te sientes vivo?
Había belleza en el movimiento… en las notas que volaban por el aire hasta mí… Y supe que la belleza, el arte de hacer música y evocar (y tocar el corazón del otro a través del sonido) era un sentido muy válido para vivir.
No era mi sentido. Yo no quería ser músico… Pero entendí que hay literalmente Billones de sentidos… uno para cada persona en el planeta… Y que sólo tenía que buscar más…, que investigar más, seguir levantando piedras, preguntando… ¿Está mi sentido aquí? Y entonces la vida me guió de la mano hacia mi siguiente etapa… Y así continuó mi búsqueda.
II - Cuando la Vida
dice "No"
Mi 2º momento definitorio fue un “No”.
Tras finalizar los exámenes de entrada a la universidad decidí aguardar unos meses e inscribirme en la carrera de Medicina en el curso siguiente. Tenía nota de sobra y no pensé…, que la vida tuviera otros planes: al año siguiente, la nota cambió (radicalmente).
Aquel “no”, me condujo a estudiar medicinas complementarias… Y a un camino apasionante y desgarrador que despertó mi humanidad a todos los niveles.
Y es que la vida suele llevarnos por caminos insospechados que sólo años más tarde cobran sentido. Encontrarme cara a cara con el dolor de las personas, la enfermedad y el miedo a la muerte fue mi preparación para lo que vendría después…
III - Cueste lo que cueste
Mi 3er. momento definitorio fue un “Sí”.
Bueno, en realidad fue otro “no”, pero a veces éste sólo existe para darle la vuelta y convertirlo en un “Sí”.
Durante una meditación, como nunca había tenido oportunidad, acercándome al lugar donde se supone que reside lo que somos…, choqué contra una pared cuyo fin no podía ver. Y no pude pasar…
¿Cómo era posible? ¿Esto estaba dentro de mí? ¿Quiero entrar en mi corazón por primera vez, y me topo con un muro a cuyo lado la gran muralla china parece insignificante?
Llevaba más de 20 años de cursos y retiros espirituales, pasado por decenas o cientos de sanaciones, me había llenado el cuerpo con agujas, liberado acontecimientos de mi pasado con medicina vibracional, con cromoterapia, con geometría sagrada… Pero después de 20 años de prácticas y meditaciones, de viajes a lugares sagrados…, de creerme que ya me había liberado, de creer que sabía… ¡zas! No pude atravesar aquella muralla insuperable.
Aquella experiencia me impulsó a tomar una decisión: no cesaría en mi empeño hasta que no quedara ni una sola piedra, ni un solo obstáculo en mí que me impidiera vivir plenamente.
Sentir lo que había estado allí a lo largo de tantos años, sin que yo mismo lo supiera…, y el fuerte deseo de querer “tocar” lo que había al otro lado, fue lo que me llevó a caminar el sendero del Corazón.
Cada instante es una oportunidad para escuchar lo que nos dice el corazón
En algún punto del Camino, todo cobra Sentido
Mi vida es hoy el camino del Corazón, en múltiples expresiones.
En las terapias; en los libros y artículos; en los documentales de Conciencia que grabamos…
En la Escuela del Corazón que abrirá sus puertas en 2022.
En mi día a día.
El Corazón es mi guía y mi misión, el servicio y la huella que hay en todo lo que hago y respiro.
Si sientes el llamado a recorrer tu propia senda, a tu propio Corazón, allí donde reside tu auténtico Ser…
Bienvenid@. Será un honor acompañarte.