SEMANA 3
“Tú no estás separado del Todo. Tú eres uno con el Sol, la Tierra, el aire. No tienes una vida. Tú eres vida”.
Estas palabras de Eckhart Tolle me transportan sin remedio a la visión de la interdependencia en el budismo, en la que uno contempla el universo y todo lo que existe como elementos interconectados, o que dependen completamente unos de otros.
En nuestras atareadas vidas, en las que el tiempo parece correr cada vez más deprisa, solemos olvidar que “somos vida”, y “que estamos íntimamente unidos a todo lo que nos rodea”.
Guía Adicional
Por cierto, el origen de la palabra “ser humano”, quiere decir “aquel que proviene de la Tierra”.
Prácticas
1- Preparar el Sueño
Si en la Etapa anterior veíamos cómo al despertar nos asaltan las responsabilidades y proyectos de la jornada, arrebatándonos cierta energía y frescura para afrontarlos conscientemente, de manera similar ocurre cuando nos disponemos a dormir.
A la hora de dormir nos acompañan los acontecimientos del día: las preocupaciones y asuntos pendientes, lo que salió bien y lo que no salió tan bien… Y la mente, en vez de entregarse a unas horas plácidas de descanso, ocupa todo ese tiempo en intentar resolver lo que no se pudo durante el día. Entonces despertamos ya cansados, como si hubiéramos estado trabajando toda la noche.
Cultivar la Presencia, la pausa y el silencio, antes de dormir, es esencial para un sueño reparador. Recuerda que durante la noche, el cuerpo va al taller: se reparan y ajustan los elementos dañados durante la jornada anterior.
2- Reto “Mi Relación con la Tierra”
Te planteo un reto para los próximos 7 días. Teniendo la práctica de “Mi Relación con la Tierra” como una práctica clave, de las que se pueden realizar diariamente, te invito a que la realices de manera habitual; por ejemplo, durante una semana seguida; y así puedas observar los cambios que se producen en tu meditación, con el paso de los días.
“No contamines con negatividad tu hermoso y radiante Ser, ni tampoco a la Tierra. No le des a la infelicidad, de ninguna forma, una morada dentro de ti” – Eckhart Tolle