Guía adicional y prácticas

SEMANA 2

Guía adicional y prácticas

Guía Adicional

Nunca en la historia de la humanidad ésta se ha visto enfrentada a tal número de estímulos como el que existe hoy en día. Como dicen algunos maestros “vivimos con mentes ruidosas, en un mundo ruidoso“.

Desde nuestros propios pensamientos (en los que profundizaremos en el Módulo III, Renacer Mental), pasando por los hábitos y acciones comunes, como mirar constantemente el teléfono móvil, la televisión… hasta cualquier estímulo externo de los muchos que enfrentamos simplemente al caminar por una calle, todas estas distracciones son atendidas, observadas, analizadas por el cuerpo y la mente, resultando en un continuo drenaje de energía y vitalidad: en resumen, nos agotamos.

¿Cuáles son tus mayores distracciones? ¿Dónde crees que tu energía se pierde con más facilidad en el día a día? ¿Qué te saca de tu conciencia interior, de estar presente y habitar tu cuerpo en cada momento?

Identificar dónde solemos perdernos es un buen paso para recuperar las riendas cuando esto ocurre. Uno puede despertar en medio de una acción que le roba energía y decidir no proseguir con ella. O continuar la acción con la atención bien despierta, presente y consciente de lo que hace. De esta manera, podemos recuperar poco a poco, parte de la vitalidad que se nos va en estos hábitos inconscientes. Al fin y al cabo, se trata de vivir plenamente.

La práctica adicional de esta semana puede ayudarnos con una de las acciones más habituales: agotarnos nada más despertar.



Historia

Cuando los antiguos egipcios hacían una momificación colocaban todos los órganos en cuatro vasijas. Todos, salvo el cerebro, el corazón y los genitales. ¿Qué hacían con ellos? Pues el corazón y los genitales los volvían a colocar en el cuerpo. De acuerdo con su tradición, el corazón y la energía sexual son la llave para la creación. En cuanto al cerebro… lo tiraban a la basura.

Si seguimos más de cerca la tradición de los difuntos, hay otro aspecto interesante en el antiguo Egipto: en la hora de su muerte, el fallecido debía enfrentar el “pesaje del corazón”, que determinaba si su espíritu continuaría el viaje hacia el más allá. En un lado de la balanza, el corazón. En el otro, una pluma (Maat), que representaba la justicia y la verdad. Si había un equilibrio entre el corazón y la verdad y la justicia… el espíritu proseguía su viaje.



Práctica

Energetizar el día

Normalmente, cuando abrimos los ojos al despertar, lo hacemos también al millón de cosas que nos aguardan ese día. Al instante, la mente se llena de pensamientos, vaga de una cosa a otra y cuando logramos levantarnos de la cama es posible sentir que uno está cansado y que el día se presenta como una montaña inalcanzable.

Para reclamar tu día y conservar la energía del descanso nocturno, es preciso levantarse con conciencia, con pausa y un poco de auto-control. “No hay nada más importante que tú”, no importa lo que debas hacer ese día, tú eres la prioridad.

  1. El tiempo de la práctica puede ser de 5 a 10 minutos.
  2. En vez de lanzarte a los planes y preocupaciones del día, al abrir los ojos, lleva tu atención al cuerpo. Si los pensamientos intentan derribar la puerta de tu concentración, no pasa nada, vuelve de regreso al cuerpo.
  3. Levántate, ve al baño, haz lo que siempre haces cada mañana, pero con la atención en el interior del cuerpo. Puedes concentrarte en el espacio vacío (dentro de ti), o en alguna parte en concreto, como el centro de tu pecho.
  4. Después, siéntate durante 5 ó 10 minutos. La pauta es: “Atención en el espacio al interior del cuerpo. La conciencia abierta, sin tensión, como una mariposa apoyada sobre una rama que observa el mundo pasar a su alrededor: en calma y alerta, al mismo tiempo”.
  5. Si tu mente objeta diciendo “no tengo tiempo para esto…, con el millón de cosas que hay por hacer”, puedes responder “hoy puse el despertador 10 minutos antes, tengo todo el tiempo del mundo”.


“La belleza de las cosas existe en el espíritu del que las contempla” – David Hume

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