Etapa de Parto

SEMANA 2

Etapa de Parto

“Yo duermo, pero mi Corazón está despierto” – Canción de Salomón 5:2

La entrada en el mundo material es bastante traumática. Hemos dejado la levedad del estado sutil del Ser, así como la calidez del útero materno, donde no había nada que hacer pues todo era hecho por nosotros. Y de pronto, uno tiene que respirar por sí mismo. Y de pronto, la realidad esencial de lo que somos empieza a disolverse en la materia. Comienza la etapa del olvido. Y, paradójicamente, también comienza el viaje de regreso, un camino que nos lleva de vuelta a recordar quién somos.

¿Cuál es el papel del Corazón en este viaje de regreso? Es la puerta que cruzamos para recordar. Dicho de otro modo, recordamos al entrar en el corazón. De hecho, el origen de la palabra “Recordar” quiere decir “Volver al Corazón” (literalmente). Re (significa volver) y Cordare (corazón).



Presentación ante el mundo

En la semana anterior veíamos que aquello que dio origen al corazón tiene que seguir siendo parte de uno. Es decir, podemos considerar al corazón como el primer receptáculo o espacio que contiene lo que realmente somos.

El Corazón fue lo 1º que hemos sido en la vida. Pero, ¿qué es lo siguiente, lo inmediato que aparece tras él mientras nuestro cuerpo continúa su desarrollo?: La lengua.

Y volviendo a este momento (el Parto), es ahora cuando el Corazón tiene su carta de presentación ante el mundo. Podemos preguntar a las parteras: ¿cómo se presenta el niño o la niña al nacer?, ¿qué ocurre?. Por norma general: el recién nacido muestra su lengua.

De acuerdo con la Medicina Tradicional China, la lengua representa el corazón. El simbolismo de la vida, entonces se lee con claridad: lo 1º que enseñamos al nacer es la imagen del corazón; la mostramos al mundo, como diciendo “Esto es lo que soy”.



Enseñanza

Si tuviéramos que definir este camino, podríamos decir (entre otras cosas) que estamos recordando cómo dialogar con el corazón, cómo hablar y comunicarnos con él.

Uno de los lenguajes más importantes que utiliza el Corazón son las imágenes. Tiene distintas formas de expresarse, pero su idioma definitivamente no son las palabras, sino las imágenes. Éste es un lenguaje que hemos dominado siendo niños. Lo veíamos todo en imágenes.

Imágenes en movimiento; imágenes llenas de olores, plenas de color, de sonidos incluso… Todo dentro de la misma “fotografía”, del mismo paisaje que nuestra mirada veía. Y he aquí lo importante: las imágenes emergen del Corazón.

El Corazón reina en un mundo cuyas reglas no son lógicas. Crea imágenes. Es un mundo de imágenes. Éstas aparecen cuando accedes al espacio del Corazón. Y también se pueden invitar a que vengan… incluso crear una imagen para que tenga un efecto en el mundo físico.

Una recomendación para las prácticas: no cuestionar o analizar la imagen en el momento. Da un espacio para ello (a veces incluso de semanas). 

También, en ocasiones durante la meditación, habrá situaciones chocantes, como por ejemplo, estar trabajando con una imagen en concreto (en la naturaleza o en una habitación…) y de pronto, se nos pide una imagen que no tiene (aparentemente) nada que ver. En esos momentos, es importante no permitir que emerja el juicio de la mente intentando cuestionar o analizar: “¡Pero si estaba en medio de la naturaleza, ¿por qué me pides ahora que atraviese una pared?!”.



Prácticas

Durante las siguientes meditaciones vamos a habituarnos a practicar con las imágenes, a familiarizarnos con este idioma que será esencial según avancemos.

1- La Montaña

El Parto es un cambio de fase: un lugar que dejamos atrás; y un nuevo horizonte en el que nos adentramos, uno que vemos por vez primera. 

En esta breve meditación, basada en el poder de las imágenes, dejamos atrás “el ruido y las interferencias que perturban nuestro presente”, dejamos a un lado las preocupaciones y avanzamos limpios, en un estado de placentera atención y presencia, hacia el único momento que realmente existe: el ahora.

2- El Peso de las Acciones

Para realizar esta práctica vamos a adoptar una postura “tumbada”. En ella vamos a experimentar brevemente el efecto que algunas de las acciones y los hábitos comunes del día a día tienen en nosotros y, en especial, en el cuerpo físico. 

Recuerda crear un entorno lo más oscuro posible (por ejemplo con el tapaojos) y que la ropa sea cómoda, para que ningún elemento de incomodidad o malestar te impida profundizar en la meditación. 

3- Salida del Cuerpo

La siguiente práctica la vamos a realizar en postura “tumbada”. Es una técnica muy útil para entrenar y practicar con las imágenes, además de para el desarrollo de la percepción.

Los sentidos se asemejan a un músculo. A medida que los guiamos hacia un trabajo más intenso, expansivo o profundo, los sentidos se desarrollan. Con la práctica vamos a ser capaces de percibir detalles cada vez más sutiles. En una palabra, nuestras sensaciones “se refinan”. En la meditación “Salida del Cuerpo”, nuestra capacidad de sentir y percibir la vamos a poner a prueba respecto a los límites.

4- Limpieza de los 4 Elementos

Esta meditación se centra en algunos aspectos esenciales del Renacer Físico, como es aportar una limpieza profunda, además de un “nacimiento” y una renovación del cuerpo.

5- Práctica del Sol

La práctica del Sol es excepcional como preámbulo a meditaciones que vamos a hacer posteriormente. Su objetivo primordial es “despertar memorias físicas“, algo de lo que hablaremos más adelante.

Además de llevar las memorias del cuerpo hacia la superficie, es también una práctica muy agradable que cuenta con otros beneficios añadidos: aporta vitalidad; ayuda a conectar con un sentimiento genuino de alegría; y puede liberar el sentimiento de pesadez, o incluso dolor, en el área de la columna.



“Dios duerme en la roca, sueña en la planta, se revuelve en el animal y despierta en el hombre” – Ibn Arabi

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