SEMANA 1
“El secreto para conocer lo auténtico es ver con el corazón. Sólo con el corazón se puede ver bien… Lo esencial es invisible a los ojos”. Palabras (y no sólo eso) de Antoine de Saint-Exupéry, en su famosa obra del Principito.
Desde nuestro estado esencial (Ser) tomamos la decisión de emprender el viaje de la existencia (encarnar). Comienza entonces la etapa de concepción y desarrollo (o embarazo) donde la conciencia se materializa y se densifica hacia el plano físico.
Aún nos encontramos en un estado de pureza, pero ya somos influenciados por lo que ocurre a nuestro alrededor, circunstancias de las que nos nutrimos, especialmente aquellas vivencias que tiene nuestra madre durante esos 9 meses. Sentimos lo que ella siente; percibimos lo que ella percibe. Vemos sin ver; y comprendemos y nos alimentamos aunque no tengamos aún formados los aparatos para ello. Porque la esencia de nuestra inteligencia está allí. Vemos, pero con los ojos del corazón.
Enseñanza
Hubo una vez en tu vida en la que sólo fuiste Corazón. Para ser más preciso, lo primero que fuiste en esta vida fue un Corazón, y nada más.
Para empezar a atisbar qué es realmente el Corazón podemos viajar hacia atrás en el tiempo: ir al principio de la concepción. Si lo hacemos, veremos que en el 9º paso de la evolución del cuerpo, cuando somos la impresionante suma de 512 células, aparece la primera estructura, el primer órgano: el Corazón.
Según las escuelas de misterios el número “9” tiene un simbolismo interesante: significa “conclusión” o término de algo que “está completo”. Por tanto, en el primer paso en el que estamos completos en nuestro desarrollo hacia la encarnación humana, somos única y exclusivamente Corazón.
Te invito a meditar unos instantes sobre lo siguiente: “Corazón, es lo primero que has sido en la vida. Todo tu cuerpo, incluido el cerebro, parten del corazón”.
Así pues, para buscar el origen, tu fuente, tu esencia: debes volver al Corazón.
Prácticas
Antes de pasar a las meditaciones, te aconsejo que leas el material anexo de esta Etapa: “Posturas de Meditación“. Es muy importante, pues en los pdf’s adjuntos encontrarás las pautas y recomendaciones sobre cómo encontrar una buena postura de meditación, y así poder sacar el máximo provecho de tu práctica.
1- La Mirada Interna
En esta meditación vamos a realizar varias cosas, como “desarrollar los sentidos”, “practicar un estado de alta concentración” y “entrenar el primer lenguaje del Corazón”.
La imaginería (o el uso de las imágenes) es uno de los idiomas esenciales del Corazón. Cuando se dice “una imagen vale más que mil palabras”, quizá sea cierto, pues a la hora de comunicarnos con el Corazón las imágenes resultan ser un diálogo mucho más profundo que las palabras.
* Si tienes alguna dificultad con la práctica, no te preocupes: es un entrenamiento. Con el tiempo llegarás a desarrollar una maestría en este lenguaje esencial de las imágenes.
* La práctica la realizaremos en posición “tumbada”. Y será necesario un tapaojos o similar. (En el apartado de Bienvenida, “Comenzar”, tienes más información respecto al tapaojos).
2- Práctica Básica de Contemplación
Hay cien mil y una maneras distintas para acceder al estado meditativo que nos es natural. En la siguiente práctica vamos a observar algunas de estas técnicas, que nos pueden ser de utilidad para el día a día.
“No te ocupes de rendir culto a deidades e instituciones como fuente de la verdad sutil. Hacer esto es colocar intermediarios entre ti mismo y lo divino. Te convierte en un mendigo que busca afuera un tesoro que está escondido en el interior de su propio corazón. Si quieres rendir culto al Tao (la inteligencia o conciencia creadora), descúbrela primero en tu propio corazón” – Lao Tsé